Raúl A. Coitiño Viera y Elizabeth Santos López
!Saludos con la gloriosa Paz de Cristo¡
Raúl A. Coitiño Viera siervo de Jesucristo nací el 25 de Septiembre de 1975 en Tacuarembó – Uruguay ,casado con Elizabeth Santos López el 18 de Abril de 1995 saludamos a todos nuestras Autoridades, Pastores, Familias, hermanos y amigos y les invitamos a sumarse a nuestra aventura llamada Misión Bolivia.
MULTIPLICATE
“TAMBIEN LE DIJO: Yo soy el Dios Omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y Reyes saldrán de tus lomos”
Génesis 35; 11
Desde el 2014 hasta la fecha sigo realizando labor misionera en el país de Bolivia colaborando en el inicio de nuevas obras misioneras, capacitando nuevos líderes con la Estrategia de Jesús.
-En el año 2014 recibimos en Bolivia 15 Obras a lo largo de todo el Territorio Nacional.
Para la convención 2022 se presentó la apertura de 23 nuevas Obras sumando un total de 38 Obras para la gloria de Dios.
Es un honor y un privilegio que nuestro señor Jesucristo nos ha dado para realizar el llamado misionero y poner durante todos estos años la experiencia y conocimiento a su servicio les invitamos a formar parte de nuestra Familia con muchos desafíos, sueños y metas por cumplir.
AGRADECIMIENTO:
En primer lugar quiero expresar mi más sincero agradecimiento a nuestro Señor y Salvador Jesucristo por el gran privilegio que me da de poder servirle en este hermoso País de Bolivia. En segundo lugar agradecer a mi familia; mi esposa Elizabeth mujer abnegada, de Fe y una gran guerrera, a mis hijos e hija por su incansable trabajo a nuestras Autoridades por su constante Respaldo.
Estamos para servirles…..
OB. Raúl A. Coitiño Viera
AGRADECIMIENTO:
En primer lugar quiero expresar mi más sincero agradecimiento a nuestro Señor y Salvador Jesucristo por el gran privilegio que me da de poder servirle en este hermoso País de Bolivia. En segundo lugar agradecer a mi familia; mi esposa Elizabeth mujer abnegada, de Fe y una gran guerrera, a mis hijos e hija por su incansable trabajo a nuestras Autoridades por su constante Respaldo.
Estamos para servirles…..
OB. Raúl A. Coitiño Viera
Historia
La Asamblea Apostólica de la Fe de Cristo Jesús emergido del movimiento Pentecostés que comenzó con el avivamiento en la calle Azusa en la ciudad de Los Ángeles en 1906. Juan Navarro, participante del avivamiento, bautizo a Francisco Llorente en 1912, quien más adelante fue elegido el primer obispo presidente de la asamblea apostólica que fue formado en 1925. La organización se convirtió en una corporación de California en el 15 de Marzo, 1930
Oficina General
El edificio de las Oficinas Generales Internacional de la Asamblea Apostólica están situadas en la región del Inland Empire en el Sur de California, aproximadamente 40 millas de Los Ángeles. El domicilio del edificio es 10807 Laurel Street, Rancho Cucamonga, California, 91730. Usted puede comunicarse con nosotros llamando a (909) 987-3013 • por correo electrónico a headquarters@apostolicassembly.org
01
Creemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo es una, universal e indivisible, formada por todos los hombres, sin distinción de nacionalidad, idioma, color o costumbres, que hayan aceptado a nuestro Señor Jesucristo como su Salvador y hayan sido bautizados en el cuerpo por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:13). Los vínculos que unen a los miembros de la Iglesia son el amor y la fe común y su estandarte o bandera es el Nombre de Jesucristo, ante cuyo emblema marcha gallardamente la Iglesia, imponente como ejércitos en orden (Cantares 6:10).
02
Creemos que hay un sólo Dios que se ha manifestado al mundo en distintas formas a través de las edades y que especialmente se ha revelado como Padre en la Creación del Universo, como Hijo en la Redención de la humanidad, y como Espíritu Santo derramándose en los corazones de los creyentes.
Este Dios es el Creador de todo lo que existe, sea visible o invisible. Es eterno, Infinito en poder, Santo en su naturaleza, atributos y propósitos. El posee una Divinidad absoluta e indivisible; es Infinito en su Inmensidad, Inconcebible en su modo de ser e Indescriptible en su Esencia; conocido completamente sólo por sí mismo, porque una mente infinita solo se puede comprender por sí misma. No tiene cuerpo ni partes y por tanto está libre de todas las limitaciones.
El primer mandamiento de todos es: “Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Marcos 12:29; Deuteronomio 6:4). “Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios…” (1 Corintios 8:6).
03
Creemos que Jesucristo nació milagrosamente del vientre de la virgen María, por obra del Espíritu Santo y que al mismo tiempo es el único y verdadero Dios (Romanos 9:5; 1 Juan 5:20). El mismo Dios del Antiguo Testamento tomó forma humana (Isaías 60:1-3). “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” (Juan 1:14). “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16).
Creemos que en Jesucristo se mezclaron en una forma perfecta e incomprensible los atributos divinos y la naturaleza humana. Se llama el Hijo del Hombre porque El nació de la Virgen Maria en cuyo vientre tomó forma de hombre, y adquirió así su naturaleza humana. Se llama el Hijo de Dios porque fue engendrado del Espíritu Santo y participó así de la naturaleza divina. Él era humano a través de Maria, en cuyo vientre tomó la forma de hombre. Él es divino por medio del Espíritu Santo quien engendró a Maria. Así, se llama el Hijo de Dios e Hijo del Hombre.
Por tanto creemos que Jesucristo es Dios “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”, (Colosenses 2:9). Y creemos que la Biblia da a conocer todos sus atributos. Es Padre Eterno, a la vez es un niño que nos es nacido (Isaías 9:6). Es Creador de todo (Colosenses 1: 16, 17; Isaías 45:18). Es Omnipresente (Juan 3:13; Deuteronomio 4:39). Hacía maravillas como Dios Todopoderoso (Lucas 5:24-26; Salmos 86:10). Tiene potestad sobre el mar (Marcos 4:37-39; Salmos 107:29,30). Es el mismo siempre (Hebreos 13:8; Salmos 102:27).